Parada Alcalde Luis Uruñuela (Las Góndolas)
¿Primavera u Otoño? ¿Mayo u Octubre? Vaya
calor que hace, una calor acentuada cuando uno es usuario del #Bus27. Solo
falta ver niños vestidos de primera comunión, cruzarte con alguna procesión de
impedidos o encontrarte con alguna imagen letífica, señores vamos a ver con eso
de letífica, de Gloria de toda la vida. Este capillismo esta cada vez mas
perdido con tantas cursilerías. Hablando de capilleo, mientras espero el #Bus27 me viene a la cabeza la historia, verídica como las de Paco Gandia, de un
inglés que estuvo por Sevilla y se hizo capillita según relata por las islas británicas un tal Tony
Married.
Parada Montesierra (Rafael Beca
Mateos)
Historia del fish sin chips cofrade
Castle Combe (Inglaterra) |
Mi
nombre es Tony Married, soy un lugareño de un pequeño pueblo de Inglaterra
llamado Castle Combe. Un pueblo que muchos
dicen que es el mas bonito de Inglaterra. Sus
bellas casas y su iglesia medieval ofrecen un conjunto armónico, equilibrado y
bello. Las tres principales calles del pueblo convergen en Market Cross (la
cruz del mercado) construida en el siglo XIV. Tuvo que ser en el año
1989 o el 92 o el 95, pero la verdad que el año no importa mucho, cuando un
vecino de Castle Combe se fue a conocer las hermandades de la ciudad de
Sevilla. Sevilla es una ciudad del sur de España y las hermandades son las
asociaciones que organizan la fiesta religiosa más popular de esa ciudad y que
se celebra con motivo Semana Santa. Estas hermandades viven todo el año para
ello, un día, pasado mucho tiempo volvió al pueblo nuestro vecino de Castle
Combe y en The White Hart, el pub que ha
vendido cerveza sin interrupción en el mismos local en los últimos cinco
siglos, no paraba de hablar de su peripecias en las hermandades y
contar las historias de los que como el los llamaba “los capillitas”, grupo con
quienes había convivido en todos estos años de ausencia del pueblo. Hermandades
hasta 58 y hasta otras que no eran ni de Semana Santa y salían durante
todo el año a los que ellos le denominan de gloria o sacramentales, ese era su
ambiente. Pero lo que más extrañaba en el pueblo era que nuestro inglés también
se denominaba capillita, por lo visto el término popular del que vive todo el
año el ambiente de las hermandades. Un día no se le volvió a ver por el pueblo
y desde entonces se le conoce como el inglés que fue a Sevilla y volvió
capillita. Siempre llevaba encima un libro muy famoso entre ellos que se
llamaba “Tontos de Capirote” de un tal Francisco Robles en el cual era como un
diccionario de los distintos capillitas que existían, la verdad que ninguno
entendíamos nada de ese libro, pero el nos decía “mira este, este también lo
conocí…”. Lo que os voy a narrar ahora son esas historias que nos contaba
tomando cervezas por las tardes algo que según él coincidíamos con los
capillitas sevillanos.
Parada Luis Montoto (Marqués de
Nervión)
El
capillita que llevó a Sevilla a nuestro paisano inglés se llamaba algo así como
Julio con muchos apellidos, tan largos que ni el inglés era capaz a decirlos,
yo creo que sería como un Lord de aquí de las Islas. Julio es el mayor de dos
hermanos, nunca había trabajado porque era de familia bien, sigo diciendo que
sería como Lord, vivía en una casa en el centro de la ciudad, llena de cuadros
y de muebles de madera buena, decía que era de rancio abolengo. Como decía
nunca había trabajado porque vivía de la renta de la familia pero como mi
paisano inglés comentaba “siempre le tocaba pagar por donde iban al inglés”
porque a la hora de pagar se quitaba del medio. Soltero, sin novia y sin
compromiso, de música solo hablaba de una cantante española que se hacía llamar
“la mas grande” o algo así que la verdad no recuerdo. Era hermano de muchas
cofradías y en las cuales todos los días estaba metido. De una era prioste, de
otra mayordomo, de otra diputado de culto y de otra fiscal y de muchas algo así
como vestidor, yo creo que ya se porque ni trabajaba ni porque pagaba cuando
salía. Igual se lo gastaba todo en cuidarse porque iba dos o tres veces en
semana a la sauna a relajarse.
Parada Luis Montoto (Kansas City)
Una
de la historia que nos contó el inglés la denominó, historia del cartucho de
pescao, algo así como el fish and chips pero versión
española pero sin chips. Había tres tipo de pescaos o mas bien pescaito frito
que es el nombre como lo llaman ellos. Uno era el pescao de categoría, en este
no faltaba ningún frito, pescada, huevas, adobo (los sevillanos flipan con el
adobo), boquerones, chocos, gambas, acedías, pijotas, un poquito de jamón
ibérico, queso finamente cortado… mucha cerveza helada de barril, tinto de
rioja, manzanilla, fino… Otro era el pescaito cortito, mucho pedacito frito en
harina de la parte de la cola del pescao con muchas espinas y croquetas
precociná a discreción, en este si había muchas chips, mas bien como dicen
ellos muchas papas fritas y de beber botellines, dos o tres por persona y el
resto caliente para que no beban mas y se vayan pronto al bar de la esquina,
tinto de pitarra o valdepeñas y muchas aceitunas. Por último al que mi vecino
inglés le llamaba “el chopped and chips” en idioma capillita mucho chopped,
muchas papas fritas y muchos botellines fresquitos. El vestuario de los
asistentes al acto era el siguiente; los hombres con chaqueta y corbata, quien
no llevara pisacorbata y pin de la hermandad en la solapa de la chaqueta era duramente
criticado entre los asistentes y rápidamente obligado a comprarlo sin tener que
salir a ninguna tienda ya que allí mismo había una vitrina donde vendían
artículos de ese tipo. Yo creo que visten como nosotros cuando vamos los
domingos a la iglesia, tipo inglés pero sin bombín y sin bastón. Las mujeres
todas con pieles sintéticas, peinadas como si llevaran un gran repollo en la
cabeza, collares y bisutería barata pero lo peor de todo era el olor que tanto
los caballeros como las señoras desprendían corporalmente, era algo muy
desagradable, un olor tan profundo, un olor parecido a la nectarina o a las
bolitas de alcanfor pero según él difícil de explicar.
Parada Amador de los Ríos
(Júpiter)
Al comienzo el Hermano Mayor (es el equivalente al cargo de presidente
de la asociación) dirige unas palabras a los asistentes, están los
hermanos mayores que a la hora del discurso son cortito, cuando quiero
decir cortito es en el amplio de la palabra cortito, hay otros eternos que
hablan, se repiten, vuelven al inicio y nunca terminan pero la verdad que ni
uno ni otros dicen nada interesante para los asistentes deseosos de hincarle el
diente al yantar, pero eso si, una vez terminado el incansable discurso
comenzaba algo así como “La guerra de los mundos” pero en versión
sevillana “La guerra del pescaito”, hombres y mujeres a dos manos, empujones,
manchas de aceite (del aceite sin contaba el inglés historias, pero eso será
otro día), pisotones, codazos… aquello parecía época de hambruna. Yo creo que
el inglés era muy exagerado y lo que contaba lo decía por ser el centro de
atención de todos los que estábamos escuchándolo en el pub, ya que días ante
nos contó que cada vez que iba a cenar a casa de esos capillitas que
habitualmente iban a los pescaitos, sus madres o sus esposas lo que ponían en
la mesa era cincuenta gramos de jamón cocido finamente cortado y un
vasito de sopa de sobre con mucha yerbabuena. Esta era la típica cena de estas
familias y con esa fórmula decían que por la noche se duerme mejor y se despierta
todavía mejor por la mañana, que al estómago también hay que dejarlo descansar.
Me pregunto yo escuchando la historia del pescaito, ¿esa noche dormirían
fatal?¿Se levantarían por la mañana peor todavía?¿esa noche no descansaba el
estómago?
Parada Gonzalo Bilbao
(Puerta Osorio)
Una vez devorado todo el condumio y quedando solo en le mesa los
papeles llenos de aceite donde venía el pescao de la freiduría, el mantel de
papel blanco, los vasos de plásticos, las espinas del pescao y las virutas de
harina frita, que son las únicas sobre vivientes del tsunami grastronómico,
llegaba la hora llamada ”quien no este allí presente es carne de perro”. Me
explico, lleno el estomago y coloraitas las mejillas, llegaba el momento de lo
que parece ser donde disfrutaban mas los capillitas, darle a lengua. Grupitos
donde criticaban al que no estaba o al que estaba en otro grupito o a los de
otras hermandades. Aquello se encendía de tal forma que al final todos
terminaban en el pub o bar de copas mas cercano con el trago largo y peligro el
que no fuese, porque allí seguían las lenguas viperinas y te podía llegar la
metralla si estabas lejos. Pero lo gracioso después de todo era el día que se
veían entre ellos, se daban abrazos y besos efusivamente cuando se habían
puesto a parir unos a otros horas antes.
Parada Ponce de León
Sonaba la campana en The White Hart y con el sonido de la campana le pregunte una cosa que no
entendía al inglés que fue a Sevilla y
volvió capillita, ¿quién pagaba el pescaito?¿por qué
se llaman hermandades donde conviven los capillitas? Se quedó por un momento en
silencio pensando y comenzó a contar otra historia…es decir, no coment.
Plaza de la Encarnación
Esta es una de las historia de Tony Married sobre su compatriota que se hizo capillita y desapareció del pueblo. Abandono el #Bus27 mas sudado que el corriente de la
quinta de Los Caballos cuando el Jueves Santo el paso va a la altura de la
parada donde me acabo de bajar. Pero a pocos metros en un escaparate de la
calle Puente y Pellón veo una cosa que me aclara en la época que estamos, “Oferta
disfraz Halloween”. Estos ingleses!!!!
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